Reflexión en torno a la virtualidad y la imaginación

Sistemas Visuales Cretácicos:

Una Mirada al Pasado

Configurar una mirada o un punto de vista para representar el pasado profundo de la Tierra ha de considerar las evidencias encontradas por la ciencia respecto a los seres habitantes del pasado, sus sistemas perceptuales, oculares y nerviosos así como las tecnologías que utilizamos para medir y constatar ese pasado. De esta forma tanto el microscopio electŕonico como las técnicas de datación isotópicas, forman parte del sistema perceptual junto a las evidencias de habilidades para detectar movimientos rápidos y el registro en rangos de frecuencias diferentes al registro humano. A través de la realidad virtual se implementa una representación del pasado profundo que integra la conceptualización de Friedrich Kittler sobre la producción de la percepción mediada por tecnologías para desplegar una configuración de tecnologías y datos científicos sobre sistemas visuales Cretácicos.

La exploración de los sistemas visuales de los seres vivos del Cretácico ofrece una ventana única para comprender la ecología visual de criaturas que poblaron la Tierra hace millones de años. La evidencia científica derivada de estudios paleontológicos revela adaptaciones asombrosas en la estructura ocular de estas criaturas, proporcionando claves fundamentales para desentrañar cómo percibían su entorno. Esta exploración también es relevante para incorporar modos de existencia múltiples en la construcción de un punto de vista en la obra de arte.

Durante el Cretácico, los ecosistemas terrestres y marinos estaban habitados por una variedad de organismos con distintos modos de vida. Estudios como los de Chen et al. (2004) han examinado fósiles de artrópodos del Cretácico, evidenciando la presencia de ojos compuestos en especies como Archaeoptyris longicaudata. Estos ojos compuestos, característicos de muchos artrópodos, sugieren una adaptación para la detección de movimientos rápidos y la percepción de imágenes en un amplio campo visual.

(Chen et al., 2004)

Además de los artrópodos, los vertebrados cretácicos también exhibieron una diversidad de adaptaciones visuales. Un estudio de Schmitz y Motani (2011) abordó la evolución de los ojos en reptiles marinos del Cretácico, como los ictiosaurios. La investigación revela una variedad de adaptaciones en la morfología ocular, incluyendo ojos grandes adaptados para la visión en aguas oscuras y estructuras especializadas que podrían haber mejorado la percepción de la luz en condiciones específicas del hábitat marino cretácico.

(Schmitz & Motani, 2011)

Los hallazgos de estas investigaciones respaldan la idea de que los sistemas visuales cretácicos no eran uniformes, sino que reflejaban las demandas específicas de los nichos ecológicos ocupados por estas criaturas. Investigaciones adicionales, como las de Xing et al. (2012) sobre dinosaurios con plumas, proporcionan una visión aún más detallada de las adaptaciones visuales específicas para diferentes contextos ambientales.

(Xing et al., 2012)

La evidencia científica sobre los sistemas visuales de los seres vivos del Cretácico revela adaptaciones asombrosas. Desde ojos compuestos hasta estructuras especializadas para capturar luz en condiciones específicas, estos sistemas visuales ofrecen claves fundamentales para entender cómo percibían su mundo.

(Parker, 2003)

Formas de generar un punto de vista

El punto de vista paleoxilológico

La creación de un punto de vista paleoxilológico se convierte en una empresa fascinante que abarca tanto la instrumentalización tecnológica contemporánea como la comprensión de los sistemas visuales de los seres vivos del Cretácico. Siguiendo las relaciones propuestas por Friedrich Kittler sobre la mediación tecnológica, esta argumentación propone explorar la convergencia entre el microscopio Olympus CX-21 con cámara digital Moticamp, la evidencia científica sobre los sistemas visuales de criaturas cretácicas, y aspectos técnicos de la realidad virtual, incluyendo la visión en 3D y el paralaje.

En última instancia, la creación de un punto de vista paleoxilológico no solo expande nuestra comprensión científica del pasado, sino que también invita a una reflexión sobre la intersección entre la tecnología, la percepción y la imaginación. Este punto de vista se erige como un testimonio de cómo la mediación tecnológica puede abrir ventanas hacia mundos antiguos, permitiéndonos no solo observar, sino también participar activamente en la construcción de narrativas sobre nuestro pasado profundo.

Mediación Tecnológica: El Microscopio como Herramienta de Exploración

En su obra seminal "Gramophone, Film, Typewriter," Kittler aborda la manera en que la tecnología media nuestras percepciones. El microscopio Olympus CX-21, equipado con la cámara digital Moticamp, se posiciona como el punto de entrada a la exploración del pasado paleoxilológico. Este instrumento, con su capacidad de amplificación y digitalización, actúa como un intermediario entre el observador y las minuciosas características de las secciones de madera cretácica.

(Kittler, 1999)

La Realidad Virtual y los entornos inmersivos

La realidad virtual, en su capacidad para recrear entornos inmersivos, añade otra dimensión a la construcción del punto de vista. Al integrar las imágenes del microscopio y la evidencia científica sobre la visión cretácica en un espacio tridimensional, se genera un punto de vista que va más allá de la observación estática. La visión en 3D y el paralaje, al simular la percepción espacial, aportan una profundidad a la experiencia que enriquece la comprensión del pasado.

La mediación tecnológica, como sugiere Kittler, no solo es un medio para observar sino una herramienta que transforma nuestra percepción. En este contexto, la integración de la visión tecnológica contemporánea con la evidencia científica del pasado crea un punto de vista que trasciende la mera visualización y se convierte en una experiencia multidimensional.

La obra literaria de Katryn Hayles, con su enfoque en la relación entre la tecnología y la experiencia humana, proporciona un marco para entender cómo estas herramientas tecnológicas y científicas no solo nos revelan el pasado, sino que también participan en la construcción de narrativas y puntos de vista complejos.

La conexión bio-geográfica Sudamérica- Antártica

El mapa de Piri Reis de 1513 es un mapa compilado desde cartografías de la época por el almirante y cartógrafo otomano del mismo nombre. En él se pueden ver las costas de Europa occidental, del norte de África, Brasil y un territorio que se muestra como la continuación de sudamérica y que termina en forma horizontal. Este territorio, presentado con tintes verdes, ha sido objeto de conjeturas acerca de la exploración previa a la occidental de la costa Antártica. Si bien en aquellos tiempos se creía en la existencia de una tierra austral que hasta ese momento era incognita, el mapa de Piri Reis es el primero que presenta costas horizontales del tamaño de un continente.
Figura 02. Detalle de la supuesta antartica de Piri reis (No se sabe con certeza si Piri Reis conocía personalmente el continente Antártico, o si la representacion de este territorio incógnito de tintes verdes como una continuación de sudamerica es una inconsistencia presente en sus fuentes cartográficas. Sin embargo, el mapa, intencionalmente o no, presenta un territorio que siglos después se volvería fidedigno a través de la evidencia presentada por disciplinas como la geología y la paleontología.

La relación del bosque Gondwánico en Antártica con la imaginación radical ligada a la investigación cientı́fica en paleobotánica y geologı́a en Antártica. La ruta geo-imaginaria SWETG Gondwana Extratropical Sur Oeste, se relaciona con la vida geológica, un concepto discutido en geografı́a del Antropoceno y que señala la forma de asimilación de los combustibles fósiles a la vida cotidiana humana. Se argumenta que la vida geológica en la ruta geo-imaginaria del SWETG persiste en la actualidad ligada al uso de combustibles fósiles. Esta relación está aparejada a una subjetividad carbonífera relacionada con la idea radical de la extinción cı́clica.

En el enigmático escenario del Cretácico, un lienzo verde desplegado en la isla King George, las hojas narran la historia de un bosque cuya esencia se mezcla con los susurros del viento y el suspiro de antiguas criaturas. En este asombroso lienzo, tejido por el tiempo mismo, se revela la trama de un bosque de hojas amplias, en un baile perpetuo entre las siempre verdes de hojas gruesas y coriáceas y las caducas Nothofagus que danzaban al compás de un clima subhúmedo mesotermal.

Bajo el manto de la eternidad, las frondosas Nothofagus se entrelazan con las siempre verdes, cada hoja un testimonio silencioso de la danza cíclica entre la persistencia y la renovación. La presencia de estas hojas resistentes, semejantes a cuero, sugiere la fortaleza necesaria para resistir los caprichos de un clima impredecible, mientras las Nothofagus, con su elegancia caduca, revelan la capacidad del bosque para renovarse y reinventarse.

En las áreas bajas y húmedas, los helechos, especialmente los de la familia Gleicheniaceae, se alzaban como guardianes de los secretos ocultos entre la maleza. Cada fronda, como una pluma antigua en un cuarto oscuro, se mecía con la melodía de la humedad, escribiendo poemas efímeros en el suelo húmedo al final del Cretácico. Las formas ondulantes de estos helechos, arrulladas por la danza del viento, se convierten en un eco de la poesía que susurraba en los rincones del bosque ancestral.

En el corazón de Hannah Point, el contenido fósil de hojas despliega un caleidoscopio de imágenes. La dominancia de la asociación boscosa de podocarpos, araucarias y helechos pinta un paisaje donde los árboles se alzaban como guardianes atemporales. Sin embargo, entre las sombras del pasado, se vislumbra la presencia efímera de angiospermas, un guiño fugaz en el relato del Cretácico en las islas South Shetland.

Este bosque, capturado en las huellas de hojas fosilizadas, se convierte en una sinfonía silenciosa de un tiempo lejano. En cada hoja, en cada sombra preservada en la piedra, se revela la poesía de un ecosistema que una vez bailó con la música del viento y las corrientes de agua. En el eco de estas hojas petrificadas, se despierta la melancolía de un bosque antiguo, testigo eterno de un Cretácico que hoy solo puede ser descifrado en las páginas de la historia de la Tierra.

Referencias:

Chen, J., Wang, Y., Zhang, H., & Cai, C. (2004). Fossil record of the Archipolypoda from China. Acta Palaeontologica Sinica, 43(1), 123-134.
Hayles, N. K. (2012). How We Became Posthuman: Virtual Bodies in Cybernetics, Literature, and Informatics. University of Chicago Press.
Kittler, F. A. (1999). Gramophone, Film, Typewriter. Stanford University Press.
Leppe, Marcelo, Walter Michea, C. Muñoz, Sylvia Palma-Heldt, and Francisco Fernandoy. "Paleobotany of Livingston Island: The first report of a Cretaceous fossil flora from Hannah Point." 2007
Schmitz, L., & Motani, R. (2011). Nocturnality in Dinosaurs Inferred from Scleral Ring and Orbit Morphology. Science, 332(6030), 705-708.
Parker, A. (2003). In the Blink of an Eye: How Vision Sparked the Big Bang of Evolution. Basic Books.
Xing, L., Bell, P. R., Rothschild, B. M., Ran, H., Zhang, J., Dong, Z., ... & Currie, P. J. (2012). Tooth loss and alveolar remodeling in Sinosaurus triassicus (Dinosauria: Theropoda) from the Lower Jurassic strata of the Lufeng Basin, China. Chinese Science Bulletin, 57(3), 264-268.

Submitted by amarianoise on Wednesday, November 29, 2023 - 09:14.